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  III Reunion anual en Tamayo (Burgos)

 

III ENCUENTRO ANUAL EN TAMAYO (BURGOS-ESPAÑA)

7 de agosto de 2011, domingo

 Este año de nuevo ha llegado la convocatoria de reunión en Tamayo y  la hemos celebrado con alegría, ánimo y buen espíritu para pasarlo bien y con gente estupenda con la que hemos compartido este día.

 Llegamos hacia las 12,30 del mediodía las siete personas que acudíamos desde San Sebastian-Donostia. El que guiaba al grupo se despistó en el recorrido y eso hizo que llegáramos más tarde. Allí estaban, en el pueblo de Tamayo, Niceto, su hijo Ismael (habitantes de Tamayo) con un agradable grupo de unas veinte personas que habían acudido de diversos lugares, en este caso la mayoría bizcainos y gipuzkoanos.

 

                    Realizamos las oportunas presentaciones, nos contamos nuestras historias, intercambiamos experiencias y datos alrededor del monumental moral (400 años de testimonio de la historia) que se halla en el pórtico de la iglesia de San Miguel, tomándonos un aperitivo.

                                                                                                    Moral de 400 años

En aquel ambiente se hizo entrega a Eduardo Tamayo de un escudo de Tamayo grabado en madera por una simpática amiga de la familia, Laura, que lo realizó personalmente tallándolo con sus manos.

            Diversos comentarios sobre la situación del pueblo, sus posibilidades, posibles proyectos, etc. fueron los temas tratados. Una visita al pueblo completó nuestra visita.

Una parte del grupo acudió a Oña para comer y el otro grupo a un pueblo próximo llamado Poza de la Sal. La descoordinación de los últimos días por fallo de la página web provocó esta diversificación.

Nuestro grupo fue el que se acercó hasta Poza de la Sal, con tanta historia como Tamayo y que compartió historia desde la edad media, cuando los musulmanes habitaban estas tierras, en el siglo X. Una agradable comida fue el preludio de una visita a las salinas y al castillo situado en la cima rocosa que defiende el pueblo.. Un bonito sitio, una gran atalaya que completó ese buen día. Allí se volvió a reunir el grupo con los que habían comido en Oña.

 

 

                                                                                     La Bureva desde el castillo de Poza

                             Poza de la Sal desde el castillo

 

Al atardecer volvimos a nuestros lugares de origen con un grato recuerdo

 

 

                                                                   

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