DIA DE FIESTA EN TAMAYO
30 de septiembre de 2017
Tal y como estaba planeado celebramos el programa previsto el pasado día 30.
Nos reunimos Txema y Begoña, Josan y Asun, Javier y Engrazi, Eusebio y Rosa, Virginia, Jose Ignacio y Paloma, Tomas y Maite, Pedro y Pilar, Pili, Eduardo, Jorge, Eduardo y Edurne.
A las 11,00 h de la mañana nos juntamos en TAMAYO, bastante puntuales, alrededor de 20 personas. Realizadas las presentaciones, nos reunimos con nuestro guía Eduardo Rojo, que tal y como nos había propuesto, nos realizó una estupenda ronda por los alrededores del pueblo mostrándonos lugares y curiosidades históricas.
Primeramente realizamos un esquema topográfico planificado por Eduardo Rojo para la visita guiada
Él es un gran periodista que trabaja en la RTVE en Vitoria-Gazteiz, pero que como oriundo de Oña, es un gran conocedor de la zona y escritor-editor de varios libros tanto documentales como novelas de la zona.
Nos comenta Eduardo Rojo la antigüedad del pueblo, año 993 d.c. su distribución en varios barrios, como el barrio de las cuevas, de las heras, el barrio bajo, etc. y nos explica el carácter hidalguico frente al más vulgar de los habitantes de Oña, siendo también las construcciones del mismo carácter.
Partimos desde el centro del pueblo, al lado de la Iglesia de San Miguel de Tamayo, subiendo el Camino del Cementerio, pasamos al lado de éste y nos situamos en los restos de las TORRES DE TAMAYO, en su origen propiedad de la Familia Salazar. Desde allí se divisa Oña.
Nos dirigimos por un camino, casi a campo través, a reconocer los restos de la ERMITA DE SAN SEBASTIAN que correspondía al pueblo de Tamayo. Únicamente quedan dos bases rocosas originales de la zona que tenían labradas unas bandas laterales para poder apoyar las piedras para levantar sus paredes. Según Eduardo Rojo desapareció hace dos siglos y sus piedras se trasladaron para arreglar la Ermita de Las Nieves.
Al fondo, entre los pinos, se ve la Villa de Oña. En la foto vemos las rocas que servían de base
Seguimos el recorrido subiendo la ladera hasta llegar a las ruinas de la ERMITA DE LAS NIEVES, también correspondiente al pueblo de Tamayo, la patrona más importante del pueblo, que se celebraba el cinco de agosto con una romería, que luego se descendía hasta el pueblo para seguir la fiesta.
Algunos de los elementos escultóricos de esta ermita se hallan en la Iglesia de San Juan de Oña, como por ejemplo el calvario románico.
Ruinas de la Ermita de Las Nieves
Desde allí nos dirigimos a localizar el “ROBLE DE LA RIBA”, un gran roble trasmochado. Nos recordaba a las hayas que se trasmochaban en el País Vasco. Aquí el trasmoche se utilizaba para hacer camas para el ganado, para darles de comer, etc. Es el roble más grande de la zona.
El grupo en el roble trasmochado
El siguiente objetivo del recorrido es conocer El Rebollar y la casa del Rebollar, que toma su nombre del tipo de árboles de la zona.
Las ruinas de la CASA DEL REBOLLAR: Cuenta Eduardo que un día encontraron al médico de la zona metido en un horno, aunque no lo habían quemado. Resultó que frecuentaba en exceso la casa cuando se marchaba el padre de familia, con un objetivo fácil de presumir.
De allí, y de forma lenta como todo el resto del recorrido, seguimos el camino forestal para localizar el “Calero del Rebollar”, una instalación muy curiosa que se utilizaba para fabricar la cal viva con la piedra del lugar.
El “CALERO DEL REBOLLAR”
Siguiendo nuestro camino nos encontramos con un gran castaño singular, único en toda la zona, porque no existen más en el lugar, mientras nos dirigimos a la ERMITA DE SAN VITORES, que es uno de los patrones de Oña. Esta ermita no está relacionada con Tamayo.
Cuenta Eduardo que no se ha podido confirmar que sea un santo que haya existido nunca, parece que es un invento como en muchos otros casos. Allí hay unas instalaciones como para poder pasar el día, comer a cubierto, aunque para ello haya que pedir la llave al Ayuntamiento.
Interior de la ermita con una imagen del “supuesto” santo y el exterior con el grupo.
Se nos va haciendo un poco largo el recorrido y estamos un poco justos de tiempo para ir a comer y por ese motivo lo acortamos y dejamos para otro día la visita al PEGUERO DE BORRICLA (fabricación de la pez) y la CASA DE SORROYO, casa de recreación de los monjes del Monasterio, Arroyo de Pineda y ermita de San Fructuoso (también de Tamayo), y nos dirigimos hacia el pueblo de Tamayo para finalizar esta estupenda visita guiada que tan generosamente nos ha realizado Eduardo Rojo.
En el pueblo nos esperan seis personas que no han realizado el recorrido, y todos tomamos un agradable “piscolabis” con un poco de embutido, sidra, chacolí, cerveza, agua. Algunos curiosos se acercan hasta el lateral de la iglesia, en donde Eduardo nos ha comentado que se encuentra un escudo correspondiente a D. Juan Diaz (tiene grabadas 10 cabezas de moro con turbante lo que define su apellido) (canónigo de la catedral de Burgos en 1684, y fundador de una de las capillas de la iglesia).
Alli reunidos, al lado de la casa de Pili (residente en Tamayo), intercambiamos experiencias, cotilleos, etc. repartimos unidades del libro de la historia de Tamayo, nos hacemos la foto del grupo y nos vamos a comer.
Grupo que ha celebrado este día en Tamayo
A continuación, los participantes en la comida que se celebró en el Restaurante “BLANCO Y NEGRO” de Oña, en el que nos atendieron estupendamente. ¡Seguro que se acordarán de nosotros por los cánticos, alegría y buen humor¡
Hacia las seis y media de la tarde, después de recoger las morcillas compradas a la mañana, y de despedirnos entre todos, nos fuimos cada uno a nuestras casas. Cada uno teníamos una distancia importante para volver a nuestras casas aunque algunos se quedaban a pasar la noche.
¡HASTA EL AÑO QUE VIENE¡
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