Mensaje de la Familia de Fernanto Tamayo Ogliastri
UNPORTA, 29 de abril de 2018
Incluimos esta nota porque queremos recoger todas las experiencias positivas vividas y protagonizadas por personas que han llevado el apellido Tamayo y porque enriquecen los valores humanos de todos nosotros.
Texto remitido por su hijo Luis Tamayo:
Dr. FERNANDO TAMAYO OGLIASTRI
TEXTO LEÍDO POR ENCARGO DE LA FAMILIA TAMAYO GARCÉS EN EL FUNERAL QUE SE REALIZÓ EN LA CAPILLA DEL GIMNASIO MODERNO EL DÍA 24 DE NOVIEMBRE DE 2017
Señoras y señores:
Hoy queremos recordar al Dr. Fernando Tamayo Ogliastri, quien ya no está físicamente con nosotros.
Se trata de una personalidad que dejó una impronta imperecedera en nuestra sociedad como resultado de su vida profesional y de sus atributos personales. Ex alumno del Gimnasio Moderno, médico egresado de la Universidad Nacional, especializado en la Universidad de Harvard, en Boston, regresa al país a ejercer su profesión con éxito pero, no conforme con ello, decide fundar, a mediados de los años sesenta, la Asociación Pro-Bienestar de la Familia Colombiana, PROFAMILIA, con lo que se convirtió en el primer impulsor y gestor de la planificación familiar en Colombia.
Se puede afirmar que merced a esa iniciativa, el Dr. Tamayo contribuyó de manera fundamental al control de la natalidad en la sociedad colombiana y, con ello, al ingreso de ésta en la modernidad. En ese empeño contó en todo momento con el apoyo de su esposa Elisa Garcés, a quien había conocido en el Hospital San José, cuando ella laboraba en el Departamento de Bacteriología del mismo.
Y es que Colombia ha experimentado en este último medio siglo, gracias a la labor de PROFAMILIA, lo que se denomina una “transición demográfica” notable que ha permitido a las y los colombianos decidir sobre el tamaño de su familia y el espaciamiento de sus hijos e hijas de manera racional y planeada mediante anticonceptivos cuya variedad permite ajustarse a las necesidades individuales.
Cabe añadir que ello benefició sobre todo a la población proveniente de los sectores populares, carenciados y desprovistos hasta entonces de información acerca de sus derechos reproductivos. No en vano la sensibilidad social del Dr. Tamayo le había conducido a tener, aparte de su clínica privada, un consultorio en el centro de Bogotá (Unidia) donde atendía a mujeres de escasos recursos económicos.
Fue, qué duda cabe, una dura batalla pero, pese a las dificultades, Fernando Tamayo no se arredró en su empeño de defender el derecho de las mujeres a su libre reproducción. Tuvo, por supuesto, que luchar contra el conservadurismo y los prejuicios de la mentalidad provinciana y pacata, de ese entonces. Dogmas, descalificaciones y tabúes se le atravesaron en el camino, pero, inclaudicable, los enfrentó con sutileza y valentía.
No contento con proporcionar esos servicios y ese acceso a la información pertinente, el Dr. Tamayo convirtió a PROFAMILIA en una institución modelo, caracterizada por su eficiencia y calidad de servicios, hasta el punto de haber recibido el Premio Mundial de Población otorgado por la Organización de las Naciones Unidas. De hecho, ha sido la primera asociación privada de planificación familiar en recibir tan alta distinción.
Es necesario decir que la PROFAMILIA creada por él respondía a una visión altruista, libre de mercantilismo alguno, en base a la ética de la solidaridad con los más necesitados. Alejada del afán de lucro, la razón social fue siempre la motivación que guió su accionar en los más diversos rincones del país.
Por supuesto había un gran equipo humano detrás, y el Dr. Tamayo siempre reconoció que se trataba de un esfuerzo mancomunado: el éxito de PROFAMILIA se debía a la labor colectiva y abnegada de más de 1200 funcionarios de la institución, comprometidos a dar lo mejor de sí mismos.
Por eso, ante su sensible fallecimiento ocurrido el 17 del mes en curso, tras una larga y fructífera vida, hay que destacar la trayectoria admirable del Dr. Fernando Tamayo, firmemente asentada en valores éticos, al servicio de la comunidad. Es de esperar que
esa misma visión y talante sea la guía del quehacer de la PROFAMILIA de hoy.
Hay que decir, además, que el Dr. Tamayo fue una persona generosa y desprendida, cuyo profesionalismo, alta inteligencia y cualidades humanas lo convirtieron en un dirigente competente y de primer nivel, respetado en todo el mundo. No es casual que
haya ocupado puestos directivos en la Federación Internacional de Planificación Familiar, IPPF, en varias ocasiones, habiendo ejercido la presidencia internacional de la misma.
Finalmente no se puede dejar de mencionar su ingenio y humor fino, así como su carácter iconoclasta, pues sin él no habría sido el visionario que fue.
Hoy acompañamos a su viuda Elisa Garcés, compañera infatigable, y a sus hijos, Elisa, Patricia, Carolina, María Mercedes y Luis Fernando, legatarios de un formidable ejemplo paterno.
Colombia entera reconoce y le da las gracias al Dr. Fernando Tamayo Ogliastri por sus méritos: tuvo una existencia extraordinaria y no será olvidado jamás, o como dice el poeta, “porque sin él la tierra es otra”.
Muchas gracias.
Familia Tamayo Garcés
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