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  Arnaldo Tamayo, astronauta

 EL APELLIDO TAMAYO RECORRE TAMBIÉN EL ESPACIO EXTERIOR

 

Un astronauta cubano, Arnaldo Tamayo, viajó por el espacio hace cuarenta años.

 

Recuerdan aniversario 40 del primer viaje al espacio de un cubano

Ha cumplido 78 años.

De cuna humilde, Tamayo Méndez nació en la oriental ciudad cubana de Guantánamo. Desde muy joven tuvo que enfrentar las dificultades que impone la pérdida de ambos padres, y cuando contaba con 13 años de edad comenzó a laborar como limpiabotas y ayudante de carpintero.

Concluyó exitosamente los estudios primarios en su ciudad natal, donde podía ver a menudo el vuelo de los aviones norteamericanos radicados en la ilegal base naval que en ese territorio mantiene el gobierno de Estados Unidos.

Al
poco tiempo de la invasión mercenaria de Playa Girón, en abril de 1961, integró un grupo de jóvenes que fueron a la entonces Unión Soviética a estudiar aviación. Allí, un instructor de apellido Shulga lo enseñó a pilotar, y con ello abrió las puertas a una brillante carrera como aviador.

Después, vendrían para Tamayo progresivos ascensos en la unidad aérea a la que fue designado y, en 1969, su ingreso en la Escuela Básica Superior de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, General Máximo Gómez, donde cursa satisfactoriamente estudios superiores de mando y estado mayor, que lo capacitan para la dirección de grandes unidades aéreas, lo que le permitió profundizar en los conceptos del empleo combativo de la aviación y dominar los principios del arte y la ciencia militar referidos a su profesión.

En 1976 ya alcanza el grado de teniente coronel, es piloto instructor y mantiene su categoría de Primera Clase, alcanzada desde 1968.

Un hito trascendental en la vida del joven guantanamero lo marcaría el año 1977, pues en virtud de la incorporación de Cuba al Programa Intercosmos, es seleccionado como aspirante a cosmonauta, pasa satisfactoriamente todas las pruebas de aptitud y marcha a la Ciudad Estelar, en la Unión Soviética, donde junto a los veteranos soviéticos de la conquista del espacio, recibe la preparación necesaria para el vuelo conjunto a bordo de la nave Soyuz 38, comandada por Yuri Romanenko, coronel piloto cosmonauta y Héroe de la URSS.



El vuelo se realizó el 18 de septiembre de 1980, se extendió por más de siete días y constituyó un símbolo de lo que puede lograrse mediante la colaboración entre pueblos de diferentes culturas y desarrollo, pero con el mismo y hermoso propósito de desarrollar lazos de amistad y cooperación en aras del bien de la humanidad.

Hace ya 40 años, un aniversario que continuamos celebrando. Son los resultados de ese vuelo, de la ciencia cubana en la preparación de los experimentos.  

La misión conjunta entre Cuba y la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas despegó desde el cosmódromo de Baikonur, en Kazajstán, el 18 de septiembre de 1980, con los tripulantes Arnaldo Tamayo y Yuri Romanenko.

Hay momentos de mucho estrés, tanto en el despegue, en el vuelo, como en el aterrizaje; pero la preparación psicológica te da la posibilidad de vencer cualquier miedo, duda o sentimiento de inseguridad, asegura el piloto cubano, primero de este país y de Latinoamérica en viajar al espacio.

En marzo de 1978, comenzaron a prepararse en el Centro de Entrenamiento de Cosmonautas Gagarin, en Moscú.

Nos preparamos para todo, excepto para enfrentar la situación de la falta de gravedad en el organismo humano, pues el espacio constituye un medio hostil.

En esas condiciones de gravedad cero, tuvimos cambios en el sistema cardiovascular, inapetencia, insomnio y náuseas, lo cual es parte del proceso normal de adaptación.

Durante los tres primeros días del vuelo, perdí alrededor de un 40 por ciento de la capacidad intelectual, explica Tamayo; pero luego tuve una mejoría total y me sentía como en la tierra.

Al regreso hay otro proceso de readaptación, pues en casi ocho días de vuelo el organismo se adapta a la falta de gravedad, agrega.

En el complejo orbital Saliut 6 se reunieron con la tripulación residente, conformada por otros dos cosmonautas soviéticos, con los cuales realizaron una serie de experimentos antes de regresar a tierra el 26 de septiembre.

Según detalló Tamayo realizaron por primera vez en el espacio un electroencefalograma y hubo un experimento para minimizar las influencias de la gravedad en las extremidades inferiores.

Estos son algunos de los 21 trabajos que desarrollaron en temáticas médico-biológicas, de teledetección de los recursos naturales de la tierra, físico-técnico y relacionados con el comportamiento psicológico de la tripulación.

Para Arnaldo Tamayo fue una gran satisfacción observar fenómenos naturales como el amanecer, el atardecer y apreciar los continentes; además de ver a Cuba en toda su dimensión.

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