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  Libro: La memoria del siglo XX. Ona

San Sebastian - Donostia, a 14 de enero de 2015

Es mi intención incluir paulatinamente algunos libros que contienen referencias respecto a Tamayo, con un resumen de su contenido.

En esta ocasión se trata de la historia reciente de Oña, pueblo que administrativamente asume todo lo referente al pueblo de Tamayo

 

LIBRO: LA MEMORIA DEL SIGLO XX. OÑA

Autor: Eduardo Rojo Diez

Gráficas Navarro Pinedo

Libro de 244 páginas que recoge las historias de trece personas de entre 80 y 100 años. Sus testimonios ponen la dosis de humanidad necesaria para comprender la Historia oficial. Sus vivencias, sus penas y alegrías, son el retrato de toda una generación de españoles que conoció los tiempos del cambio e incertidumbre de la Republica, que sufrió las amarguras de la Guerra Civil y que padeció las inhumanas condiciones de vida de los “años del hambre”.

Manuel Oña Ladrera (1912), hijo de Dolores Ladrera (de Tamayo). Presenta una foto de la iglesia de Tamayo con las campanas puestas.

Antonio Aguinaga Martinez (1916)

Felix Pereda Saez y Carmen Garcia Zaldivar (1913 y 1916)

Manuela Gomez Rebolleda (1922)

Maria Rojo Arnaiz (1908)

Pilar Alonso de Prado Ugarte (1908)

Jose Saiz Rojo (1921)

Carmen Angulo Villarias (1911)

Valentina e Isabel Plaza (1920 y 1914): tenía el ganado en Tamayo, en el lugar de Peñas Arriba, donde la ermita de Las Nieves

Pilar Martinez Alonso (1903)

Esperanza Martinez Linaje (1920): Su abuelo Quintin era de Tamayo y su mujer Juana (“la de Tamayo”). Habla de otra Juana en Tamayo, que era la mujer del Romanero.

Felisa Iñiguez Alonso (1917): nacida en Tamayo, en la casa que está enfrente de la iglesia. Su padre era Vicente Iñiguez Arriaga (de Tamayo) y su madre Ceferina Alonso (de Condado). Fueron once hermanos.

En Tamayo se cultivaban cereales, patatas, alubias, etc. Cerezas, manzanas, melocotones, peras, etc. Hacían chacolí (dice que la prensa todavía está en Tamayo). Vendían la fruta en Briviesca, Medina, Villarcayo.

Su padre fue 30 años sacristán en Tamayo con Don Gerardo, Don Cándido, Don Melquiades.

El día de Las Nieves en Tamayo, cuando ya no había cura, eran los jesuitas los que iban a celebrar. A su padre le pagaban diez duros por cantar la misa de Angeles, en latín.

Había una huerta rectoral en Tamayo, que la cuidaba su padre.

En 1931 se van a vivir a Oña porque el pueblo de Tamayo iba a menos. Pero los de Oña iban a comprar a las tiendas de Tamayo, porque para ir a Briviesca había que pasar por Tamayo.

En Tamayo había muchos viñedos y todas las casas tenían bodega (cuevas)

A los de Tamayo les llamaban arrieros.

Su padre trabajaba para los Linaje de Tamayo. Llevaba cerezas  a Santander y traía sardinas.

Cuando la República, los calices, la custodia y todo eso, lo de la iglesia de Tamayo, para que no lo requisaran, estuvo guardado en casa de su padre.

Por la fiesta de Las Nieves, siempre volvían a Tamayo. Su hermano ponía un bar.

Las verjas que hay en la primera puerta para entrar en la iglesia de arriba de  Oña, también son de la iglesia de Tamayo.

Dice que hay muchas cosas de Tamayo en Oña. Hubo un cura que no dejó tabla ni tablilla. Andresin, el de Gallo, le decía: “Reverendo, reverendo….. que te has comprado un coche con los santos de Tamayo”. A su marido le mandó llevar en su camión un escudo de la iglesia de Tamayo a Oña.

Felicia Fernandez Crespo (1904): dice que iban muchos gitanos a Tamayo.

Felipe Rojo Royo

 

Todos ellos hablan de los tipos de empleos, de la situación política, cargos de Oña, de la iglesia, la guerra civil, la cárcel, emigración, jesuitas, política, fiestas de la zona, juegos, 

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